Universidad
Alfonso reyes
Lic.
en Educación Preescolar y Formación Infantil
Materia:
Normatividad en Formación Infantil (0 a 6 años)
Tema:
¿Quién se ha llevado mi queso?
Maestra: Lic. Julieta Máyela Hernández Palacios
Nombre: Maribel
González Palma
Grupo: 2
Turno: Nocturno
Matricula: F3572
SAN NICOLAS DE LOS GARZA, NUEVO LEON A 29
DE JULIO DEL 2013.
¿QUIEN SE HA LLEVADO MI QUESO?
Esta
fábula simple e ingeniosa nos enseña que todo cambia, y que las formas que
sirvieron en su momento pueden quedar obsoletas. ¿Quién se ha llevado mi queso?
Es un cuento sobre el cambio que tiene lugar en un laberinto donde cuatro
divertidos personajes buscan (queso). El queso es una metáfora de lo que uno
quiere tener en la vida, ya sea un trabajo, una relación amorosa, dinero, una
gran casa, libertad, salud, reconocimiento, paz interior, o incluso una
actividad como correr o jugar futbol.
En
el cuento, el (laberinto) representa el mundo real, con zonas desconocidas y
peligrosas, callejones sin salida y habitaciones llenas de queso. Empecemos el
cuento.
Los
dos ratones se llamaban Oli y Corri, las dos personitas Kif y Kof que eran
seres del tamaño de los ratones. Ambos se pasaban el día en el laberinto
buscando su queso favorito. Para buscar queso, Oli y Corri utilizaban el método
del tanteo. Si un pasillo estaba vacío, recorrían el siguiente. Kif y Kof usaban
su capacidad para pensar. Un día, al final de uno de los pasillos, en la Central
Quesera Q, dieron con el tipo de queso que querían
A
partir de entonces, los ratones y las personitas iban todos los días
convirtiéndose en una costumbre para todos, estaban muy a gusto y pensaban que
tendrían queso para toda la vida.
Todo
siguió igual durante un tiempo. Pero al cabo de unos meses, se sentían tan a
gusto que ni siquiera se habían dado cuenta lo que estaba ocurriendo. El tiempo
pasaba, Oli y Corri inspeccionaban la zona por las mañanas para ver si había
ocurrido algún cambio con respecto al día anterior y después se sentaban a
mordisquear el queso. Una mañana, llegaron a la Central Quesera Q y
descubrieron que no había queso. No les sorprendió habían notado que las
reservas de queso habían ido disminuyendo, enseguida supieron lo que tenían que
hacer. Si la situación de la Central Quesera Q había cambiado ellos también.
Kif
y Kof no había prestado atención a los cambios que habían ido produciéndose,
pensaban que su queso seguiría allí al darse cuenta de lo contrario Kif se
enojó muchísimo y dijo que no era justo. Kof sacudió negativamente la cabeza
con gesto de incredulidad. Encontrar queso había sido difícil. Al principio
inspeccionaron a fondo la Central Quesera Q para comprobar si realmente el
queso había desaparecido y si, efectivamente ya no había más queso.
Mientras
Oli y Corri ya se habían puesto en marcha. Kif y Kof se quejaron mucho de lo
ocurrido ya que había hecho muchos planes a futuro con ese queso. Antes de ir a
casa Kof escribió en la pared: Cuanto más importante es el queso para uno, mas desea
conservarlo.
Las
personitas no sabían que hacer. Kif se negaba a reconocer que las reservas de
queso se habían terminado, Kof analizaba la situación una y otra vez, de pronto
dijo: lo que deberíamos de hacer es ponernos en marcha de inmediato y buscar
queso nuevo, Kif se negó y dijo que llegaría al fondo de la desaparición del
queso.
Mientras
tanto Oli y Corri llegaron a la Central Quesera N. encontrando lo que estaban
buscando: una gran reserva de queso.
Kof
insistía, quería marcharse pero Kif no quería hacerlo, decía que era peligroso
y que ya eran viejos. A Kof no le gustaba la idea de salir nuevamente a
recorrer el laberinto ya que no tenía la certeza de encontrar más queso, pero
pensó que las cosas cambian y nunca vuelven a ser como antes. La vida se mueve
y nosotros también debemos hacerlo. Y escribió un pensamiento en la pared para
que su amigo reflexionase sobre el: si no cambias, te extingues.
Al
adentrarse en el laberinto, Kof miro hacia atrás, consciente de la comodidad
que dejaba, se sentía angustiado y se preguntó si realmente quería volver al
laberinto, escribió una frase en la pared y se quedó un rato mirándola. ¿Qué harías si no tuvieses miedo? Pensó en ello, respiro
hondo y se adentró en el laberinto, hacia lo desconocido.
Durante
los días siguientes Kof encontró un poco de queso aquí y allá más no el
suficiente para permanecer ahí. Era todo un reto, pero admitía que volver en
busca de queso no era tan terrible como había temido. Estaba tomando las
riendas de su vida en vez de dejar simplemente que las cosas ocurrieran.
Reconstruyo los hechos y llego a la conclusión de que el queso de la Central
Quesera Q no había desaparecido de la noche a la mañana, si hubiera querido se
habría percatado lo que estaba sucediendo. Se detuvo a descansar y escribió en
la pared del laberinto: huele
el queso a menudo para saber cuándo empieza a enmohecerse.
Al
seguir por el laberinto Kof llego a una inmensa Central Quesera que tenía un
aspecto prometedor. Pero sufrió una gran decepción al ver que estaba totalmente
vacía. Pensó en abandonar la búsqueda, entonces recordó las ocasiones en las
que se había sentido más a gusto en el laberinto. Siempre había sido estando en
movimiento. Escribió una frase para sí mismo y una señal por si su compañero
Kif se decidía a seguirlo. Avanzar
en una dirección nueva ayuda a encontrar el nuevo queso.
Comprendió
que lo único que hacían sus miedos era empeorar las cosas. Cuando empezó a
correr por el obscuro pasillo, una sonrisa se dibujó en sus labios, descubrió
lo que alimentaba su alma, se sentía libre y tenía confianza en lo que le
aguardaba, aunque no supiera exactamente que era. Se detuvo para escribir de
nuevo en la pared: cuando
dejas atrás el miedo, te sientes libre.
Kof
decidió volver atrás y averiguar si Kif estaba dispuesto a acompañarlo.
Escribió en la pared: cuanto
antes se olvida el queso viejo, antes se encuentra el nuevo queso.
Al
cabo de un rato, Kof llego a la Central Quesera Q y encontró allí a Kif. Le
ofreció unos pedazos de queso, pero su amigo los rechazo. Kif dijo: no creo que
me guste ese nuevo queso, no estoy acostumbrado a él. Quiero que me devuelvan
mi queso y no voy a cambiar de actitud. Kof decepcionado volvió a salir solo.
Escribió en la pared: es
más seguro buscar en el laberinto que quedarse de brazos cruzados sin queso. Antes pensaba que el queso no debía moverse nunca de su sitio y que los
cambios no eran buenos. Ahora veía que era natural que se produjeran cambios
constantes, tanto si uno los esperaba como si no. Hizo una pausa para escribir
en la pared: las viejas
creencias no conducen al nuevo queso.
Kof
supo que, si hubiera aceptado antes el cambio y hubiese salido enseguida de la
Central Quesera Q, ahora se encontraría mucho mejor. De nuevo decidió explorar
las zonas más desconocidas del laberinto. Encontró pedazos de queso aquí y
allá, y recupero el ánimo y la confianza en sí mismo. Se detuvo y escribió en
la pared lo que llevaba tiempo pensando: notar enseguida los pequeños cambios ayuda a adaptarse a los
cambios más grandes que están por llegar.
Avanzo
por el laberinto con más energía y a mayor velocidad. Y al poco, lo que estaba
esperando ocurrió. ¡Encontró un nuevo queso en la Central Quesera N!
Al
entrar, se quedó pasmado por lo que vio. Había las montañas más grandes de
queso que había visto jamás, se preguntó si aquello era real o solo producto de
su imaginación, pero entonces vio a Oli y Corri. Los saludo y enseguida se puso
a probar sus quesos favoritos. Mientras saboreaba el nuevo queso, Kof pensó en
todo lo que había aprendido, reflexiono sobre los errores cometidos en el
pasado y los utilizo para trazar un plan para su futuro. Tuvo que admitir que
el inhibidor más grande de los cambios está dentro de uno mismo y que las cosas
no mejoraran para uno mientras uno no
cambia. Cuando se produjo el cambio, no le había gustado, pero ahora había
comprendido que había sido una bendición, ya que lo había llevado a encontrar
un queso mejor.
Se
dirigió a la pared más grande de la
Central Quesera N y escribió un resumen de todo lo que había aprendido.
EL CAMBIO ES UN HECHO: el queso se mueve constantemente.
PREVE EL CAMBIO: permanece alerta a los movimientos
del queso.
CONTROLA EL CAMBIO: huele el queso a menudo para saber si
se está enmoheciendo.
ADAPTATE RAPIDAMENTE AL CAMBIO: cuanto antes se olvida el queso
viejo, antes se disfruta el nuevo.
CAMBIA: muévete cuando se mueva el queso.
DISFRUTA DEL CAMBIO: saborea la aventura y disfruta del
nuevo queso.
PREPARATE PARA CAMBIAR RAPIDAMENTE Y
DISFRUTAR OTRA VEZ: el
queso se mueve constantemente.
Kof
salía a menudo al laberinto y exploraba nuevas zonas, no quería cometer el
mismo error, así que todos los días inspeccionaba la Centra Quesera N para
saber en qué estado se encontraba el queso.
¡Moverse con el
queso y disfrutarlo!
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