SAN NICOLAS DE LOS GARZA,
NUEVO LEON A 24 DE MAYO DEL 2013.
EL VÍNCULO
MATERNO: LA UNION DE LA MADRE CON SU HIJO
Es un instinto el cual crea
una unión entre madre e hijo desde el útero materno. Una vez que él bebe nace
se forma un vínculo materno que es indispensable para el futuro emocional del
ser humano.
Este lazo del que estamos
hablando empieza desde las primeras semanas
de embarazo, incluso desde que la mujer está por enterada que será madre, o al
menos eso es lo que puedo decir por qué así me sucedió a mí y no solo termina
en el nacimiento si no que se alarga durante toda la vida y se construye a
partir de las experiencias que él bebe experimenta junto con su madre, estás le
proporcionan seguridad, serenidad y placer a ambos.
¿POR QUÉ ES
TAN IMPORTANTE EL VÍNCULO MATERNO?
Porque es una de las experiencias más importantes de
toda su vida ya que las relaciones humanas permiten al ser humano sobrevivir,
aprender, trabajar, amar y procrearse. Cada individuo socializa según sus
habilidades personales junto con el funcionamiento de partes específicas del
cerebro que se desarrollan durante la
infancia. En los tres primeros años de vida, el cerebro desarrolla un 90% de su
tamaño adulto y pone en marcha los sistemas responsables del funcionamiento motor,
cognitivo, afectivo y relacional para el resto de su vida. De ahí que las
experiencias de apego, que tienen lugar durante los primeros años de vida, sean
decisivas para su habilidad de socializarse. Tan importante es el vínculo
materno que de no tenerlo o tenerlo muy poco llega a crear trastornos de
conducta y emocionales en los niños como ansiedad, depresiones y traumas
infantiles.
EL VÍNCULO MATERNO SE CREA EN EL ÚTERO
El vínculo entre la madre y su hijo se produce en el
seno materno. A través de unos procesos que ocurren durante los nueve meses de
embarazo que permiten al futuro bebé vivir en el vientre de su madre sin ser
rechazado, el embrión podrá alimentarse y sentir a través de su madre.
EL RECIÉN
NACIDO Y EL VÍNCULO MATERNO
Desde el momento en que nacen, los bebés necesitan
continuar con esta comunicación embrionaria. (La primera hora posterior al
parto): el recién nacido tiene todos sus sentidos alerta, las caricias, los
besos, la mirada y la voz de su madre. A su vez él bebe al succionar el pecho
de la madre la estimula emocionalmente. Desde entonces, el recién nacido y los
cuidados maternales no deberían separarse y se inicia una relación en la que la
madre cubrirá las necesidades físicas, fisiológicas y emocionales de su hijo:
hambre, sueño, dolor y amor.
El vínculo materno biológico se ha convertido ya en un
vínculo afectivo.
Durante los primeros meses de vida, la madre, poco a
poco le va enseñando a esperar entre una toma y otra, de este modo el bebé
aprende que el alimento viene de fuera; y comprenderá que llegara a ser una
persona independiente.
CÓMO SE CREA
EL VÍNCULO MATERNO
La comunicación entre la madre y su bebé comienza a
través de los sentidos, con un intercambio de señales que ambos aprenden de
manera natural. Este lenguaje íntimo se basa en el contacto físico, para el
bebé: el contacto piel con piel le tranquiliza, sentirse abrazado, acariciado,
mecido y besado le provoca sensaciones positivas que refuerzan su seguridad, ya
que se siente reconocido por su madre. Los juegos, los masajes, las caricias en
el baño y todo lo que suponga un contacto físico entre ambos aporta
experiencias de apego.
La mirada es otra forma de comunicación. Desde el
momento en que nace, cuando la madre le mira a los ojos comienza ese vínculo
que se creó dentro de ella. A todo esto puedo decir que es totalmente cierto,
cuando mire por primera vez a mi bebe que ya no lo es tanto sentí algo
indescriptible, muy hermoso, en ese momento sientes que aunque la sala este
llena de doctores y enfermeras solo existíamos él y yo. A partir de entonces la
comunicación visual y física es fundamental para que el bebé aprenda a
responder a los estímulos que recibe. El niño, además, nace con el olfato
desarrollado, gracias al cual será capaz de reconocer a su madre desde que
llega al mundo.
El oído también es importante, durante el embarazo el
bebé ha escuchado la voz de sus familiares: madre, padre o hermanos y cuando
nace, las reconoce con facilidad y se siente a gusto, le recuerda las
sensaciones de cuando estaba dentro del útero materno.
EL VÍNCULO
MATERNO Y PAPÁ
Las experiencias de apego también se pueden dar entre
un padre y su hijo. Cuando el padre participa y crea un vínculo con su hijo, no
sólo enriquece su propia vida afectiva también la del bebé y la de la madre; es
todo mucho más fácil para los tres.
Para un padre que se relaciona durante el embarazo,
que participa en el parto y está presente durante la primera hora de vida de su
hijo, crear un lazo afectivo con su bebé es mucho más sencillo: el niño ya ha
oído su voz y es capaz de reconocerla. En mi caso no puedo opinar mucho de esto
ya que la relación con él no fue tan buena y casi no tuvo ninguna participación
con nosotros, tal vez para un padre o esposo que se entrega al 100 si lo es.
El tacto, la vista, el olfato y el oído ayudarán a
crear ese vínculo del mismo modo que con la madre. Una buena idea es permitir
que toque la cara de ambos para reconocer sus diferencias, que los huela y que
le hablen.
Al cambiarle los pañales, acunarle, masajearle,
bañarle o hablarle y alimentarle el padre puede crear experiencias de apego con
su bebé y, poco a poco, conocerá que el entorno no es sólo su madre, también
está su padre, sus hermanos etc. Así, será un bebé feliz, un niño seguro y un
individuo preparado para relacionarse con los demás.
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